viernes, 15 de julio de 2011

Pentágono revela nuevo plan de ciberseguridad

El Pentágono anunció este jueves su nueva estrategia para proteger las redes de cómputo, un plan que va más allá de instalar firewalls y destaca el uso de sensores, programas de software e información recabada por agencias de inteligencia de Estados Unidos, según funcionarios del Departamento de Defensa.

Al anunciar la estrategia, denominada Cyber 3.0, resultó evidente la intención de los altos mandos militares de no aparecer excesivamente beligerantes para contrarrestar la percepción de que el país está “militarizando” el ciberespacio.

Dicha percepción ha sido impulsada por la reciente creación del Ciber Comando de Estados Unidos, una organización militar que está vinculada muy de cerca con la agencia de espionaje más sofisticada y tecnológicamente avanzada del país, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés). El Pentágono reiteró su afirmación de que el ciberespacio es el nuevo dominio de actividades de guerra, junto con el aire, tierra, mar y espacio.

El plan fue presentado por el subsecretario de la Defensa, William Lynn III, quien sugirió que el Pentágono está dispuesto a contrarrestar las críticas de que la ciberseguridad del país es más ofensiva que defensiva.

“Lejos de militarizar el ciberespacio, nuestra estrategia implica asegurar las redes para disuadir ataques, lo que a su vez desalentará a los elementos militares de utilizar este medio virtual con fines hostiles”, dijo el funcionario.

La presentación de la estrategia se demoró más de seis meses, en parte para evitar un conflicto con el anuncio en mayo pasado por parte de la Casa Blanca de la estrategia global del país sobre ciberseguridad y también para afinar el lenguaje del plan, ante temores de que la redacción podría dar la impresión de un total dominio del sector militar.

El Departamento de Estado y otras dependencias habían coincidido en que definir el ciberespacio como un nuevo teatro de guerra podría complicar las relaciones internacionales con aliados que ya han criticado la pretensión de Washington de dominarlo absolutamente.

Con el anuncio, el Pentágono aceptó referirse al ciberespacio como un dominio estrictamente objeto de defensa perteneciente a las redes militares y no como un escenario de guerra abierta.

En uno de los aspectos más anticipados de la revelación de la estrategia, cuya elaboración se demoró dos años, el Pentágono destacó que considera altamente improbable una respuesta militar en casos de ciberataques o intrusiones.

“Aunque ciertamente es posible que un ciberataque destructivo podría tener un impacto análogo a hostilidades físicas y, por lo tanto, constituir un acto de guerra, la mayoría de la ciberactividad maliciosa no cruza esos límites y por lo tanto no justificaría una respuesta militar”, agregó Lynn.

El Economista.

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