¿Sobrevivirá #YoSoy132?

Como todo movimiento surgido desde la sociedad, #YoSoy132 ha tenido que enfrentar conflictos, divisiones internas, embates e intentos de ser cooptado por algunos grupos políticos. A unas cuantas semanas de haberse realizado la elección presidencial, el grupo tiene que resolver ahora un reto de enormes proporciones: sobrevivir.


¿Por qué está en riesgo el futuro de #YoSoy132?

Son varias las razones, pero destaco dos. La primera, que aún no establece con claridad los temas de su agenda. La segunda, que mantener la confianza que logró de buena parte de la sociedad depende del tratamiento informativo que les dé la radio y la televisión.

En ambos casos, tiene hoy muchos puntos en contra.

Si bien #YoSoy132 surgió como una agrupación apartidista, en los hechos ha tomado decisiones políticas que confunden su imagen y esencia. Las posturas en contra del PRI y Enrique Peña Nieto, por ejemplo, son legítimas e incuestionables.

Pero ha fallado en las formas.

Apartidista no significa ser apolítico. Y como grupo político que es, #YoSoy132 está obligado –por necesidad de congruencia y subsistencia— a actuar y apegarse a las reglas de la política moderna, dentro de un sistema que aspira a ser democrático.

Actuar con ingenuidad le resultaría letal al grupo.

La frescura y espontaneidad con que #YoSoy132 salió a la luz pública, hoy se percibe empañada por algunas de sus alianzas con grupos como el Sindicato Mexicano de Electricistas y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

También por ciertos métodos y acciones que están realizando.

Y mucho más por los mensajes contradictorios que han enviado a la sociedad, como fue el caso, entre otros, del deslinde del martes pasado de las decisiones tomadas en la Convención Nacional de Atenco contra la presunta imposición de Enrique Peña Nieto.

Sus alianzas, métodos e indecisiones debilitan al movimiento.

Lo debilitan y afectan a pesar del derecho incuestionable que tienen de aliarse con quienes quieran y de actuar en la forma que consideren más apropiada para el cumplimiento de sus objetivos, siempre y cuando estén en el marco de la legalidad.

El problema no está ahí.

El problema surge por la asociación que ciertos grupos políticos, medios de comunicación y líderes de opinión proyectan todos los días en contra de #YoSoy132, con toda la carga de imagen negativa que han generado sus “aliados”.

En política, las alianzas son necesarias.

Sin embargo, #YoSoy132 comparte en forma prematura los viejos conflictos de esas organizaciones, con todas las ventajas que tienen, pero también con los lastres que sin duda tienen en nuestro sistema político.

¿Cómo resolver el dilema que enfrenta?

Para actuar con efectividad y congruencia en el escenario político nacional, lo más importante es que tengan una definición bien clara de quiénes son, qué misión quieren lograr y cuál es la visión que tienen como agrupación.

Si algo tiene #YoSoy132 es tiempo.

La precipitación e inseguridad de sus acciones sólo incrementa su zona de riesgo y el peligro real de que sea aniquilado en el corto plazo. Es mucho lo que el grupo ha logrado durante el proceso electoral como para desaprovechar la oportunidad que se abrió a sí mismo y a la sociedad en general.

Vale la pena seguir adelante.

Sin embargo, #YoSoy132 debe analizar y preparar con cuidado sus siguientes pasos antes de continuar en una zona de riesgo, ya que se expone a ser utilizado o, peor aún, a ser derrotado por grupos con gran poder a los que no conviene la participación social.

Es indispensable que analicen su esquema de organización.

También es fundamental que se den el tiempo necesario para definir sus estrategias, objetivos específicos y redes de alianzas que más les convengan. Pretender ganar la confianza de la sociedad sólo con las Redes Sociales 2.0 será insuficiente.

#YoSoy132 decidió entrar al escenario real de la política.

Sobre esta base tal vez le resulte necesario, por ahora, un pequeño repliegue táctico para no seguir exponiéndose. Si la mirada está puesta en el mediano y largo plazos para beneficio de la democracia, le conviene proceder con mayor seguridad, cautela y profesionalismo.

fuente: lasillarota