viernes, 2 de septiembre de 2011

En el triste adiós a Candela, masivo reclamo de justicia.

La investigación se centra en la posible venganza contra tres familiares; hubo incidentes en el entierro; frente a la comisaría agredieron al subjefe de la policía bonaerense.


El desenlace de la triste historia llegó al corazón y partió el alma. En medio de la conmoción social, los reclamos de justicia y las escenas de profundo dolor en el sepelio de Candela Sol Rodríguez, la investigación avanza sobre una pista que indica que el homicidio de la niña de 11 años fue una venganza contra un integrante de su entorno familiar.

Según fuentes policiales, el hombre ahora bajo la lupa tuvo una relación sentimental con Carola Labrador, la madre de Candela, y había sido investigado por robo calificado y tenencia de estupefacientes. Se convirtió, así, en el tercer posible eje de una venganza en la que Candela habría sido la moneda de cambio.

Antes habían aparecido en la mira de los investigadores los supuestos cómplices del padre de la pequeña, quien está detenido acusado de integrar una banda de piratas del asfalto, y también un personaje relacionado con otro familiar cercano de Candela, acusado de traficar droga en la villa Corea, del partido de San Martín.

"Si hay un vuelto no es por plata sino porque creen que soy buchón de la policía", le dijo Alfredo Rodríguez, el padre de Candela, al fiscal Marcelo Tavolaro, antes de aportar los nombres de cinco sospechosos que podrían haber pensado que los traicionó. Para ampliar su declaración testimonial, Rodríguez había pedido beneficios sobre su pena.

Anoche, en tanto, se vivieron momentos de tensión frente a la comisaría de Hurlingham . Un grupo de manifestantes agredió al comisario general Hugo Matzkin, segundo jefe de la policía bonaerense, cuando éste intentó dar explicaciones ante la gente. Por la tarde, en el cementerio, una mujer le gritó a la madre de Candela: "Hubieses entregado la plata, nena antes de tener a tu hija ahí (por el féretro a punto de ser inhumado)".

En los últimos tres meses en la zona de la llamada villa Corea, en el partido de San Martín, se denunciaron una serie de secuestros. En uno de esos hechos fue tomada cautiva la hermana de un narcotraficante que utiliza ese asentamiento como base de operaciones. Este delincuente habría mantenido una relación con una integrante del entorno familiar de la víctima.

Fuentes policiales identificaron al hombre que había sido pareja de la madre de Candela como Ricardo Manuel Perrotta, quien está detenido en una cárcel bonaerense. Anoche, los investigadores comenzaron a revisar el cuadro de relaciones de Perrotta para tratar de establecer si pudo ser objeto de una venganza.
El abogado de Perrotta, Andrés Rabinovich, negó a LA NACION que su cliente pudiera ser blanco de una venganza. Rabinovich admitió que de una relación extramatrimonial con la madre de Candela, Perrotta tuvo un hijo. "Lo reconoció, pero no le dio el apellido. Si se querían vengar de mi cliente le habrían hecho algo al hermanastro, no a Candela. Hace muchos años que Perrotta no se ve con Labrador".

Rabinovich adelantó ayer que su cliente pedirá declarar ante el fiscal Tavolaro.
La autopsia determinó que Candela murió asfixiada. La habrían asesinado entre las 20 del lunes y las 8 del martes pasados. No sufrió golpes, salvo un raspón en la frente. Tampoco fue abusada sexualmente.
Durante los días que estuvo en cautiverio no estuvo atada. La maniataron después de ser asesinada. "Las ataduras son post mortem", afirmó a LA NACION el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate.

Mientras que estuvo cautiva, Candela fue bien alimentada e hidratada. Así lo determinó la autopsia.
Ayer a la mañana, los detectives de la policía bonaerense habrían descubierto el lugar donde la víctima estuvo secuestrada, situada a tan sólo 15 cuadras de donde vivía con su madre.

Se trata de una casa y un galpón situados en Kiernan 992. Se trata de un inmueble que estuvo deshabitado durante un año. "Pero cuando fue allanado se descubrió que tiene corriente eléctrica y la heladera estaba funcionando. Es decir que en los últimos días estuvo ocupado".

Lo extraño del caso es que la casa en cuestión, de dónde los investigadores levantaron rastros para cotejar con el ADN de Candela, no fue inspeccionada durante los cientos de rastrillajes que hizo la policía bonaerense durante los nueve días que estuvo desaparecida la niña.

"La casa donde pudo estar cautiva Candela no figuraba en las planillas que tenía la policía bonaerense para ser inspeccionadas", dijo ayer a LA NACION un investigador judicial sin saber si se trató de un error o de un acto deliberado para proteger a los secuestradores.

Ayer en declaraciones radiales, Zaida Cabrera, una mujer que se presentó como la dueña de la casa, dijo que ella había mandado a pintar la casa para alquilarla y que cuando ingresó la policía se escapó su perro. "La policía nos está usando de perejiles", afirmó.

También se secuestró una camioneta Renault Trafic blanca donde los investigadores sospechan que pudo haber sido traslada la niña viva o muerta.

El vehículo pertenece a un familiar de un ex convicto que conocía al padre de Candela.
"El gordo, amigo del padre, que vive cerca de lo de Candela, vende alimentos para perros y tiene una Trafic blanca. A Candela la encontraron en bolsas para perros y, en la casa donde supuestamente la tuvieron secuestrada, vieron una camioneta blanca", dijo una vecina de Hurlingham.

Otra de las pistas que seguían los investigadores tiene que ver con las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad instaladas en la zona. En los videos aparece un automóvil plateado por la avenida Vergara, cuyo conductor dio un extraño giro. También se investiga al dueño de una camioneta de doble tracción que cruzaba Vergara con la patente tapada por una bolsa.

Respecto de la llamada que se difundió pocas minutos después de que fuera encontrado el cuerpo de la niña, donde una voz masculina dijo: "Ahora sí que no la vas a encontrar nunca en tu vida. Jamás la van a encontrar. Te lo aseguro yo. Hasta que este conchudo no devuelva la guita no la van a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita", Nieva Woodgate dijo que durante los días que la niña estuvo desaparecida se recibieron una docena de llamadas similares.

"Esta llamada fue realizada a las 22 del lunes pasado, cuando la niña llevaba dos horas de asesinada. Pudo ser una comunicación falsa o una cortina de humo", explicó un investigador judicial.

lanación

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