Al-Islam estaba considerado para suceder a su padre al frente de Libia antes de que a mediados de febrero pasado comenzara la actual ola de violencia contra el régimen.
Los miembros de los grupos rebeldes que entraron a Trípoli la noche del domingo se encontraban hoy confundidos tras la reaparición en libertad de Saif al-Islam, hijo de Muammar Gaddafi, y entre temores de que hayan sido infiltrados.
Al-Islam estaba considerado para suceder a su padre al frente de Libia antes de que a mediados de febrero pasado comenzara la actual ola de violencia contra el régimen, hasta que el pasado domingo se dio a conocer su captura por los rebeldes.
Poco más de 24 horas después, la madrugada de este martes, reapareció sonriente a las afueras del hotel Rixos y luego del complejo gubernamental de Bab el Azizia, donde ante seguidores, combatientes leales y prensa internacional, negó que hubiera sido capturado.
Un reporte de la BBC, cuyos enviados pudieron hablar con el segundo hijo de Gaddafi, "sonriente y lleno de adrenalina" , recogió su afirmación de que la columa vertebral de la oposición había sido rota, y que los opositores habían caído en una trampa.
La reaparición del al-Islam, de 39 años de edad, generó confusión entre las filas rebeldes en las calles de Trípoli y la sospecha de que los combatientes y el Consejo Nacional de Transición (CNT) han sido infiltrados, reportó a su vez Al Yazira.
Ambos medios internacionales dieron cuenta de enfrentamientos en las calles de la capital libia, inclusive usando armamento pesado.
Fuerzas gubernamentales y voceros de los rebeldes también disputaban en sus declaraciones acerca de quien tiene el control de la ciudad, que de acuerdo a los reportes de prensa registra la presencia de ambos bandos.
A pesar de la situación, el CNT señaló que sus principales líderes viajarán este miércoles desde Bengazi, donde han instalado su centro de operaciones, a Trípoli para instaurar un nuevo gobierno.
eluniversal
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